lunes, 14 de marzo de 2011

Andalucia Bike Race

Andalucía Bike Race (ABR) Febrero-Marzo 2011

Crónica de una carrera
. Por Ernesto Ruiz






Prólogo

Ante todo, escribo estas líneas por mí, porque para mí ha sido una experiencia increíble, con alguien igualmente increíble que me ha sorprendido como persona y compañero, porque sé que muy difícilmente repetiré y sobre todo porque intuyo, aunque ojalá me equivoque, que mis piernas o mejor dicho mis rodillas, poco a poco están diciendo ‘basta’.

En fin, no sé quien leerá esto, lo único que quiero escribir son unas palabras para que algún día me acuerde de la semana que pasé disfrutando y sufriendo, y sobre todo haciendo lo que más me gusta. Dar pedales.

Precompetición
Todo comenzó un día por Navidad de 2010, en el Hércules después de una sesión de spining con mi amigo y monitor Jorge, Eva e Inma. Y me acuerdo de la frase que me dijo riéndose, como él acostumbra siempre. -“Ernesto tengo preparada una cosilla pa ti”. Me contó la película de lo que había visto por internet, y otra cosa no sé , pero vender, este muchacho sabe vender.
Conclusión, le dije que si, por no oírlo más. Total, ¿en que cabeza humana cabe que un mortal como yo pueda hacer 500km de MTB, en 6 días con cerca de 13000 metros acumulados?. ‘Naaaa’ pensé yo, en cuanto se le meta otra cosa se olvida de esta…
‘Pos va ser que no’. Al chiquillo no se le olvidó y un día  me encontré haciendo unas inscripciones, reservando unas pensiones, preparando material y entrenando ‘sin ton ni son’ spining, bici, nadando, sin plan ni nada, la cosa era no parar hasta reventar.
Así pasaron los días con la emoción, nervios y como preveía, una acojonaera brutal.  Preparamos unos maillots iguales con unos patrocinadores que nunca pusieron un duro, (salvo patatas Ariza) con lo que pagamos la serigrafía.  Y un sábado 26 de febrero montamos las bicis en el coche y ‘pa’ Córdoba.
Sábado día 26 de Febrero.
Nos vamos a recoger los dorsales y tal al pabellón del Fontanar. Llegamos a la cola a eso de las 6 de la tarde. Ahí todos parecen profesionales, los escuchas hablar y piensas que uno está en la lista de firmas para la primera etapa de Tour de Francia. Pero cuál es nuestra sorpresa cuando después de una hora de cola nos dicen que los ‘pros’ de la ABR están en el hotel AYRE.
LLoorrch (coloquialmente Jorge), -“tiramos  ‘pa riba’ a ver que se cuece allí.”
Ponemos el navegador del iphone y buscamos el hotel.
Aquello es otro mundo. Olvídate de las maratones y competiciones que hemos hecho anteriormente. Eso es un… no sé, camiones de ORBEA, TRECK, CANNONDALE… stans de todo tipo, mil mecánicos poniendo bicis a punto, bicicletones de tos los colores, todos los ciclistas con su ropa casual, bueno aunque los ves solo cuando se ponen de frente. En fin una locura de medios y material, donde de los 182 participantes finalmente inscritos, yo calculé 180 profesionales, mas mi compañero y yo.
Pues con las caras de ‘panolis’ nos dirigimos al punto de verificaciones y nos dan el material consistente en guía de rutas, pulseras identificativas, maillot y una tonelada de barras energéticas, geles, golosinas… y nos citan a las 20:00 horas para un Briefing (o como se diga) donde nos darán las instrucciones para toda la prueba y en especial la primera.
‘Pos’ en el Briefing más cara de panolis se te queda, cuando ves desfilar a J. Antonio Hermida (Campeon del mundo 2010), Ralf Naff (su compañero de equipo), Julien Absalon (Campeón olímpico 2008), Ruben Ruzafa e Iñaki Lejarreta (Subcampeón de España de Triatlon 2010), Roberto Heras (doble campeón de la Vuelta España), Trujillo, los hermanos Macías, Alejandro Díaz de la Peña, Marc Coma…más un sin fín de canijeras que tienen que ir como motos.


-“LLoorrch!!! La cuchara de madera es para nosotros, ya lo sabemos, pero hay que evitar quedar fuera de control”.
-“Tranqui”, me responde,- “Nosotros a lo nuestro”.
Ya se yo el ‘tranqui’ de Jorge, es un ‘atoapastilla’ hasta que el cuerpo aguante.
Totá’, como dicen en Málaga, haremos lo que se pueda.
Después del Briefing a eso de las 21:00h, sacamos las bicis del coche limpitas y relucientes, he de decir a nuestro favor que las nuestras al menos estaban a la altura, las dejamos en el parking vigilado y nos vamos a nuestro super Hostal  La Fuente. Dejamos tos los trastos, y nos pedimos turno ‘pa jiñar’ del acojone que nos envuelve. Salimos a cenar a una pizzería donde nos metemos unas buenas pastas y a sobar…
-“LLoorrch!”
-“ehhhhnnn”. Dice medio sopa.
-“Que la fuerza esté con nosotros.”

Etapa Nº1 Córdoba Occidental. Coincide con la 7ªMaraton Sierra Morena. 75km y 1945m Acumulados
Menudo perfilillo se ve, pero estoy tranquilo, es la tercera vez que hago esta maratón y más o menos conozco su dureza.




A las 7:00 horas en pie, nos vestimos de romano, toooodo de blanquito, pensando que como no ha llovido el campo estará seco…
Bajamos al coche, desayunamos por un bareto y nos plantamos a las 8:00 en el Hotel Ayre. Sacamos nuestra bicis del parking y, y… –“¿Dónde está mi compañero?”. Aparece 3 minutos antes de la salida, -“estaba jiñando”- me dice con la tranquilidad del que se va a tomar unas cervezas.
Nos toca bajar al centro de Córdoba con 3 grados de temperatura, eso sí, un sol muy bueno y nos ponemos delante de los 1200 maratonianos de la Sierra Morena. Esperamos hasta las 9:30 que den la salida neutralizada, aprovechamos para echarnos unas fotillos con Hermida y compañía y nos volvemos donde debemos estar; A cola de pelotón.


Como un reloj suizo a las 9:30h se da la salida neutralizada y me entra el pánico cuando me doy cuenta que a duras penas puedo seguir el pelotón neutralizado, -“esto no es normal”. Paramos frente a la subida de la Avda. Brillante donde a las 10:00h se levanta la veda y salen ‘tos’ como locos. Veo como mi compañero se pone de pie a plato grande y me mira, esa cara lo dice todo. “Compi vamos a darlo todo que mañana será otro día”. Se me quita todo el susto, todo el complejo de inferioridad ante tanto figurín, meto plato grande y me pongo a rueda del que a partir de ahora será mi compañero de armas.
La subida a la parte alta de Córdoba se hace a plato, -”madre con pendientes del 4% y 5% y con toa la tranca puesta” menos mal que subimos rápido y empieza una zona de sube-baja con trialerillas y llanos que va estirando al pelotón y templando al personal.
Sobre el Km 10, comienza la subida a la Ermita, LLoorrch agacha el lomo, mete platillo y pone un ritmo infernal donde empezamos a dar cuenta de los primeros alocaos que salieron a 200km/h. Nos fijamos en el helicóptero que sigue a cabeza del pelotón y me percato que en 30 minutos los ‘pross’ ya nos han metido 15m.
En la cima la cosa ya está estirada y ahora vienen 20km de puro rompepiernas, con barro y senderos aunque poco técnicos no se puede perder la concentración porque te la metes en ‘cero coma.’,
Los avituallamientos los vemos pasar por ahora de largo, vamos sobraos y comenzamos una bajada muy técnica donde para evitar la primera piña echo pie a tierra, mi compi creo que no toca ni los frenos, eah, no pasa nada un calentón y lo pillo rápido. Subimos hasta Sto Domingo donde está el avituallamiento 3 y paramos (por fin) a rellenar botes de ‘Powerade’ y llevarnos un manojo plátanos y barritas para lo que queda de camino.
Comienza un descenso por un sendero algo más técnico a la rivera de algún río, es precioso, una arboleda de encinas y pinos bastante cerrada y húmeda. Mi compi que es más hábil va por delante leyendo el camino y haciéndome el trabajo más fácil. Son unos 8 ó 9 kms hasta que llegamos al puente de hierro, cruzamos o mejor dicho nos bañamos en el río y comienza la subida hasta Cerro Muriano por la Cañada Real. Son 8 km muy muy duros donde la ciclabilidad depende de las fuerzas, habilidad y las p…. ganas que te queden después de 4 horas a tope.
Es criminal, ahí topamos con una pareja de Cartaya con la que comenzaremos una relación de amistad/competitividad. A partir de aquí ya no me entra nada a la tripa, quiero terminar y la subida no da cuartel.
-“LLoorrch!!! Témplate joer
-“Enga tranquilito” – dice el tío, pero no baja el ritmo ni le corten las piernas.
Después del último repechón ya solo queda un descenso rápido al campamento de 3 kms que se hacen volando. La llegada es triunfal. 5h y 16min. Me han salido 81 km y 2050m de acumulado. Nos damos un abrazo, todo ha ido bien, sin caídas, sin incidencias, y el cuerpo aunque cansado no hemos tenido ni tirones ni calambres.



Nos hacemos las fotillos de rigor para los patrocinadores, con nuestros maillots que antes eran blancos y que ahora están para tirarlos. Nos montamos corriendo en el bus que nos lleva al hotel de concentración. Allí nos duchamos en un vestuario de tías pues al no alojarnos allí nos buscábamos la vida como fuera. Nos dimos nuestro masajito. A eso de las 7 llegó el camión con las bicis, los pross tienen sus hutilleros, pero los mortales como nosotros las recogemos, las lavamos, las engrasamos y dejamos preparadas para el día siguiente.
A las 8 la entrega de premios, evidentemente para Hermida y Naff, Briefing y para nuestro hotel. Lo más importante era reponer energías así que una parada en el McDonals y nos tomamos un McFlurry. Después la cena de la pasta, un poco de doping (proteínas, L-glutamina y no sé que más me daba mi compi) y comprar un bote de ‘Kiriko’ para intentar quitar esa tonelada de barro pegada al culo de nuestro hasta entonces flamante culotte blanco. Ahí ves el lavabo lleno ropa y aunque el agua sale diarreica, las manchas de la ropa permanecen inamovibles.
Queda comprobar las clasificaciones y parece ser que aunque cerca, la cuchara de madera se la llevan otros. Tenemos el puesto 43 de 56, vemos el resumen de TDP, preparamos las cosas del día siguiente y satisfechos nos dormimos y hasta las 8:00.

Etapa Nº2 Córdoba Occidental. 73km y 1710m Acumulados
Este perfil no me favorece nada, continuo sube baja sin poder coger ritmo. Veremos a ver

8:00 horas y suena el despertador, las piernas aunque resentidas parecen que son capaces de moverse por sí solas. Hoy la salida es desde la zona del hotel de concentración a las 9:30 y no hay tanta historia como el día anterior, así que nos vestimos, hoy mas oscuritos, y nos bajamos al coche, desayunamos en el mismo bareto y a eso de las 9:00 llegamos al hotel.
-“Niño, ¿donde está todo el mundo?”
Nos enteramos que la salida es en la ‘cuesta del reventón’ a 20 minutos del hotel en bici. Sacamos las bicis corriendo y salimos echando pestes. Llegamos como no, 3 minutos antes de dar la salida.
La salida a las 9:30 horas, y es una encerrona, se hace un embudo a 200 metros de la salida y te meten por un cortafuegos con unas trialeras y una pendiente para llevar paracaídas. La gente empieza a pegársela, se hacen montoneras y se escucha barruntar a tó Cristo. Pierdo a mi compi, no sé si está delante, detrás o ha ostiado, pero pararse ahí es lo mismo que pararse en medio de una pista llena de F1, así que me armo de valor y para bajo esquivando ‘cadáveres’ y a piñón vuelto. Después de la bajada llegan 8 kms de puro llano, me pilla mi compi que iba detrás y algún escarriao de los pross nos pasa levantándonos las pegatinas rodando por encima de los 35km/h.
Ahí ya nos hemos estirado, y comienza una subida dura por un carril ancho pero lleno de pedrolos que se va estrechando y haciéndose más tierra, hasta convertirse en un sendero fangoso donde los únicos espectadores eran un motón de vacas esparcidas por una inmesa pradera verde en la que cada vez cuesta más pedalear, las ruedas se hunden una cuarta y como pongas el pie tienen que venir en helicóptero del Gress a sacarte del barro.
Cuando hacemos cumbre sobre el km 20, nos meten en una zona que es increíble, completamente boscosa, cerrada y húmeda, llena de senderos de sencillos a bastante técnicos, de rápidos a revirados. Lo pasamos como gitanos en una romería. Eso sí, todo el rato ‘parriba pabajo’, ‘parriba pabajo’, Incluso algunos buenos tramos hay que hacerlos a pata, con unos escarpaos tan brutales que no sabes que haces por ahí con una bici. Los avituallamientos los pasamos nuevamente a toa pastillas como si fueran de cartón-piedra, -“Joer LLoorrch vamos a estirazarnos un poco”- Como si oyese llover.
Por fin paramos en el último sobre el km 59, donde repostamos plátanos y Powerade. A partir de aquí, todo se saltea con alguna que otra pista para empalmar algún que otro sendero hasta el km 65 donde nos meten por unas urbanizaciones y unos repechos… hasta los mismísimos.
Por fin llega el km 75 donde comienza la bajada del ‘Reventón’. Es una pista de unos 3 ó 4 kms de un pedrolar de muy señor mío. Ahí se nota mi Epic como muellea y como el culo de mi compi se traga todos los baches. No podemos perder la concentración, estamos muy cansados y mis brazos y mi espalda comienzan a dar señales de cansancio. Ostiar aquí es hacerte bicarbonato seguro. En poco más de 10 minutos de bajada intensa llegamos a meta. Han sido 4h y 50m con 76km y 1800m de acumulado. Otra sonrisa cómplice entre los dos. Todo ha ido bien, sin caídas y sin averías aunque Jorge ha golpeado su desviador con alguna roca y lo tiene mirando a Coria, tiene fácil arreglo.
En meta llenamos el camelback de provisiones y powerade, creo que voy a empezar a mear azul. Bajamos al hotel donde realizamos la misma parafernalia del día anterior. Ducha, limpia bicis, Briefing y Cena.

Las piernas hoy han sufrido demasiado, muchos rompepiernas y repechones. Jorge comienza a tener problemas en el hueco poplíteo, (lo que es la corva de la rodilla de toa la vida), la tiene algo inflamada y le molesta bastante y a mi comienza a dolerme los tendones de la cabeza de la tibia. El fisio nos da un masajito, y a Jorge le pone unos ‘tapes’ en el gemelo. No sé para qué pero está de moda.
Hoy sí, ya reventaos nos metemos en la cama y rezamos juntos para que al día siguiente las piernas estén algo mejor y la etapa algo menos dura.
-“LLoorrch
-“eeehhhnnn???”
-“Toy reventao”- El tio ya está con Morfeo y yo creo que algunos segundos después los acompaño.

Etapa Nº3 Córdoba Occidental. 74km y 1730m Acumulados
Este perfil  me favorece algo más que el de ayer, son subidas mas constantes y menos rompepierna. Veremos que tal la última etapa en Córdoba.

Suena el despertador a las 7:30 horas, hoy hemos decidido madrugar un poquito más para no ir tan ajustados. Las piernas están cansadas pero los ánimos están por las nubes, ayer conseguimos subir un puesto en la general, ya vamos los 42. Bueno, el que no se consuela es porque no quiere.
Bajamos al coche como todos los días después de vestirnos, hoy un poco más anárquicos mi compi  va con chaqueta de Sprinter y yo de Specialized-SaxoBank. Paramos a desayunar donde siempre, leemos el periódico de Córdoba que comenta bastante sobre la prueba. Ayer se impuso Absalon por delante del equipo Mérida de Hermida y Orbea de Ruzafa, aunque mantienen la cabeza de la general escriben sobre los problemas de Naff en la espalda por el cual no saben si saldrán hoy a correr.
Llegamos al hotel de concentración sobre las 8:45, y sacamos las bicis, Mi compi con los problemas de rodilla busca al médico a ver si le pone algo, pero no lo encuentra. El caso es que llegamos a la salida otra vez con la hora pegá al culo.
-“Por Dios, ¿podremos llegar un día en hora?”
A las 9:30 salimos para Córdoba centro, es el mismo punto de partida de ayer pero en sentido contrario, e iremos neutralizados al menos durante 10km. –“¡Cojonudo!” pos kilómetros que le restamos a la etapa.
El caso es que de cojonudo nada, El coche neutralizado va por lo menos a 40km/h y aguantarle el ritmo no es cosa fácil. Al final como siempre, nos quedamos algo rezagados intentando coger nuestro ritmo.
Sobre el Km 15 comienza una subida dura por una pista, las fuerzas empiezan a salir de no sé donde, y empezamos a avanzar con facilidad. Hemos adelantado a bastantes parejas que otros días se iban rápido.- “Esto tiene que ser alguno de los botes de colores que me dio anoche el canijo”, -pensé. Sin embargo me di cuenta que nuestro ritmo era el de siempre, más bien a las demás parejas ya les estaban pasando factura los días.
De pronto nos encontramos un desvío a la derecha, una ‘pista’ superempinada que requiere echar pie a tierra, “Esto no lo sube ni Edurne Pasabán” pienso en voz alta, al mismo tiempo que 2 tíos vestido de Scott y barruntando, nos adelantan  a plato mediano. Intentando salir de mi asombro, miro a mi compi como preguntándole que de donde habían salido esos dos.
-“Los hermanos Macías” – me dice, -“deben de haberse perdido”.
Porque lo vi en directo, si lo veo a 20 metros  pienso que van en moto.
Sobre el km 32 llegamos a Cerro Muriano, punto final de la primera etapa, y a partir de aquí los próximos 30 kilómetros consisten en realizar los 30 kms finales de la primera etapa, pero en sentido contrario.
Maaadre mía, lo primero es bajar la Cañada Real, 7 km de piedras hasta el puente de hierro. Ya me veo al ‘LLoorrch’ a piñón vuelto por las piedras y yo detrás procurando no pegármela sin perderlo de vista. Tarea nada fácil.
 
El tío va cañón y yo detrás. La verdad es que para abajo es otro cantar, la Epic es una campeona aquí y se lo traga todo. En un par de escalones jodios mi compi sale por los aires, pero como es medio gato cae prácticamente en lo alto de la bici y seguimos para abajo.
-“¿Estás comiendo?” -me dice.
-“Si”, le contesto. ¡Pero que C… voy a estar comiendo!, como me suelte de manos me mato.

El caso es que la pregunta me dio a entender que el próximo avituallamiento lo íbamos a ver como todos los días, como un adorno en medio del camino.
Después de cruzar el puente, toca la vereilla para arriba que habíamos hecho el primer día, ya no la conocíamos, así que nos limitamos a disfrutarla subiéndola a buen ritmo. Adelantamos a los de Cartaya y llegamos a una subidilla dura hasta la Hermita del primer día.
-“Niño vamos a parar en el avituallamiento que me voy a echar réflex en el hueco poplíteo”- me dice mi compi.
-“Vale, así aprovecho yo y me echo en la espalda que voy como una alcayata”
Ahí comenzó nuestra amistad con los de la ambulancia, que cachondones los tíos. Nos dicen que cuando lleguemos a meta nos pasemos por la ambulancia que nos echan un vistazo. Unos pedazos de pan.
De aquí hacemos una bajada por un sendero espectacular, revirado con escalones y cruces de arroyos, con constantes cambios de piñones, cadencia, de pie y sentando, rápido y lento y todo dentro de un paraje que parece más bien amazónico que andaluz.
Sobre el Km 54, llegamos a una cañada que hay que subir con una pendiente exagerada, ¡Ostras!, es aquella que mi compañero bajó el primer día sin tocar los frenos, donde yo me tuve que bajar. Platillo y para arriba. Las subidas hemos quedado que las marco yo, así que los dos a platillo nos pegamos 6 km, lo que son 30 minutos a 165ppm donde las únicas palabras que nos salían eran; “piedra”, “surco”, “derecha”, “izquierda”, ”meteló tó”…
En el último avituallamiento paramos a beber Powerade y comer unos platanillos, y nos dicen que lo que nos queda es todo para abajo. Esas palabras me asustan, creo que son consignas de la organización y esa frase te la repiten desde el km 1,  pero en principio parece ser verdad. Hacemos una bajada muy rápida hasta llegar a una pradera embarrada donde mi compi clava la rueda delantera y se da un baño de barro. Se levanta el tío y con la cara negra me dice:
-“¿Tú no sabías que esto es bueno para la piel?”-
Nos reímos un rato, nos volvemos a montar cuando nos damos cuenta, o mejor dicho se da cuenta mi compi de que este camino no le mola. Nos damos la vuelta y vemos algunas señales a lo lejos que indican el buen camino.
A partir de aquí, mi compi me dice que prácticamente no queda nada de subida según el perfil dado por la organización. Yo a estas alturas de la competición ya no me creo nada, y menos mal, vienen 5 km de constantes repechos con vereas, carriles… al igual que el día anterior buscando la bajada del ‘Reventón’.
Son los últimos kilómetros y es la misma bajada de ayer, como ya no la conocemos hoy dejamos correr un poco más las bicis hasta meta. Miro el cuenta y me pone 82km y 1850 m acumulados. Vamos que el que ha medido la ruta de la organización contaba 5 y se comía 1.
En meta comentamos la etapa con la organización, nos ha resultado la más bonita de las 3, porque hemos encontrado de todo, puro mtb. Nos comentan que los Mérida esta mañana no salieron y que en cabeza se perdieron los checos, suponemos que donde nosotros. Mientras Jorge distrae a todos con su labia, yo me encargo de aprovisionarnos de Powerade para el resto de nuestras vidas.
Bajamos al hotel de concentración y terminamos lavando las bicis y preparándolas para el día siguiente. Nos duchamos, comemos o mejor dicho, nos cebamos y nos damos nuestro masajito.
Tenemos que esperar al Briefing porque al día siguiente tenemos un traslado a Priego de Córdoba para la 4ª etapa y nos tienen que dar instrucciones. Una vez recibidas éstas, subimos las bicis al camión para el traslado y nos bajamos a nuestro hostal.
Nos metemos un cenorrio de pasta bestial, llegamos al hostal ‘hacemos’ las maletas para el día siguiente y a la cama.
-“LLoorrch!!, ¿cómo tienes el culo?”
-“En carne viva, pero me preocupa más la rodilla” –me contesta.
-“No te preocupes, estamos tós igual…ZZZZ ZZZZ”

Etapa Nº4 Priego de Córdoba-Jaén. 115km y 2250m Acumulados
Etapón de 115km con dos puertos importantes y buen desnivel con 60km por la via verde del aceite.
5:00 horas y suena el despertador. Hemos dormido 5 horas y estamos realmente muy cansados,  las piernas pesan, el hueco poplíteo de Jorge está inflamado y lo que era el dolor de mi cabeza de la tibia de la pierna derecha, se ha trasladado también a la izquierda. Sin embargo  la organización comentó que la de hoy era una etapa bastante fácil, así que en cierta medida  estamos tranquilos.
Bajamos maletas al coche, hoy el bar está cerrado, así que nos aprovisionamos en una gasolinera de galletas y batidillos y subimos al hotel de concentración. Ahí se quedará nuestro coche unos días y nos llevarán en bus hasta Priego de Córdoba. La salida es a las 6:30 y el viaje se prevé que sea de hora y media.
Aprovechamos para dar una cabezada en el bus y mirar por internet las clasificaciones.
-“LLoorch!!, seguimos avanzando. Estamos ya los 40”.
-“A este paso necesitamos 40 días para ganar la carrera”- me contesta
Entre una cosa y otra, llegamos a Priego de Córdoba a las 9:00 horas. Las bicis están en la parrilla de salida esperándonos y solo tenemos que trasladar nuestras maletas al camión de las bicis. Todo muy bien organizado.
Me bajo del bus y los mocos se me congelan de ipso facto. Parece que nos acabamos de meter en un pingüinario. Miro el Polar de la bici y marca 0ºC. Con razón está todo el mundo en aquella esquina, es donde entra el sol. Pues nada un pingüino mas al montón esperando la hora de salida.
Dan las 10:00h y muertos de frio, tomamos la salida ‘neutralizada’ a toda pastilla por las calles de Priego. Ya sabemos que es esto, así que como siempre a cola de pelotón. La peña se da unos calentones bestiales en los repechos, nosotros a lo nuestro, y hacemos bien porque a 10km de la salida nos reagrupan para dar la salida oficial.
Se da la salida justo en la base de un puerto de montaña que discurre por una pista ancha y con una pendiente no muy pronunciada. Es un puerto para hacerlo a plato en condiciones normales, pero a esta altura de la competición si no si eres un ‘pro’, metes el platillo y ni miras para adelante.  A Jorge lo veo fuerte y lo tengo que templar en una cuantas ocasiones;
-“LLoorrch cojo…!!!! O te templas o me revientas”
-“Vamos compi tranquilitos, tu marcas”- me dice el tío. Se pone detrás 100 metros y otra vez a tirar. –“Que le den” pienso, sin embargo poco a poco voy cogiendo ritmo, al mismo tiempo que a mi compi se le pasa el calentón y pone el  ritmo que nos va bien.
Pronto llegamos a la cima del puerto y comienza una bajada muy rápida, de esas de 50 ó 60km/h por una pista buena. Bajamos muy rápido sin arriesgar y adelantamos algunas parejas y otros nos adelantan a nosotros. Aquí veo como un ciclista de 02Sport mete un piñazo a base de bien, se metió en una rodera como a 60km/h y empezó a dar trechas.
Sobre el km 30 cogemos la vía verde del aceite, a la altura de Luque. Nos quedan 60km de rodar por pista y aquí es donde empieza el calvario nuestro y de otros muchos corredores. Lo que se suponía que era un paseo  se va a convertir en un rodar entre 25 y 30km/h durante más de 2 horas y con un viento en contra que lo flipas.
En cuanto entramos a la pista mi compi y yo, nos damos cuenta de que los 2 solos ahí estamos completamente perdidos. Con ese viento de cara y tirando los dos, no duramos ni una hora y podemos llegar mañana para la salida de la 5ª etapa. Hay que lanzarse a tope para alcanzar algún grupo de los medianamente buenos y que nos lleven en pelotón.
Nos ponemos a tope con relevos y por suerte divisamos rápido a un grupo de unos 10 integrantes al que nos tenemos que unir como sea. Y así  fue. En unos minutos los alcanzamos y nos pusimos a cola de pelotón. A partir de aquí fue más fácil. Fuimos cogiendo corredores que se iban uniendo. Al final seríamos unos 30  corredores.  Sin embargo las 2 horas quemaron muchísimo las piernas, hubo bastantes tirones y pequeños cortes que te hacían pegarte unos calentones que te hervía hasta el humor vítreo de los globos oculares.
Evidentemente si los días anteriores habíamos visto los avituallamientos como adornos, hoy no iba a ser menos. Si te parabas te quedabas más solo que Zapatero en la ONU. 
Por fin paramos en el km 87 en el último avituallamiento. Como siempre llenamos de Powerade y plátanos. Desde aquí matamos los últimos 5 km de vía verde más tranquilitos pues nos habían dicho de reservar un poquito de fuerzas para el último puerto. Y qué razón tenían…
Desde Torre del Campo, nos desvían para el puerto de Javaluz. Subiremos aproximadamente 600m de desnivel en unos 8 o 10km hasta 1100 metros de altitud. Inicialmente por unas pistas con bastante pendiente, más feas que pegarle a un padre, pero poco a poco pasa a convertirse  en unos senderos brutales, muy bonitos entre pinos y no muy técnicos, pero con la enguarripaera que llevamos no hay forma de mantener la bici por la senda. Adelantamos a un montón de parejas que están pidiendo la hora, entre ellos a los de Cartaya. La verdad es que en la parte alta las vistas de Jaén son impresionantes, pero no hay ni fuerzas ni ganas de pararse a contemplar el paisaje. Solo queremos llegar ya!. A cada uno que preguntamos nos dice que lo que queda es para abajo, pero ya sabemos que son las consignas de la organización y nos resignamos a nuestras fuerzas buscando el alto del puerto.
Por fin, sobre el km 100, coronamos el puerto por una senda estrecha entre grandes rocas y pasamos a la otra cara de la montaña que da hacia Jaén. La primera parte es por pista rápida y peligrosa por la pendiente y por el cansancio, después se convierte en una senda rápida que cada vez coge más pendiente. En la última bajada donde ya estamos sin brazos, sin espalda, sin piernas y sin cuello decidimos hacerla a patita ante la alta posibilidad de arrastrarnos por alguna de las megaroderas que hay.
Llegamos a la carretera y ahí nos espera un policía local que monta las sirenas y nos escolta hasta la ciudad deportiva de la Salobreja donde se encuentra la línea de meta.
Han sido 6 horas justas, 115km y 2300m acumulados.  Hasta ahora creo que ha sido para mí la etapa más dura, y comentándolo con los demás compañeros coincidíamos al 100%. Un nuevo abrazo con mi compi y una nueva mirada de complicidad y alegría. Esto se está convirtiendo en una costumbre.
Nos hacemos unas fotillos, lavamos las bicis, recogemos las maletas y nos pedimos un taxi para el hotel. El hotel es el ¡Infanta Cristina!, al que un ‘amigo’ de mi hermana ha tenido la amabilidad de invitarnos.
Nos metemos una megaducha, una megacomida y nos buscamos un spá para relajar las piernas. Ahí nos tiramos una hora y media entre agua congelada, calentita y jacuzzi. Salimos como si nos hubieran dado una paliza. Andando hacia el hotel paramos en el Corte Inglés a comprar algo de doping que estamos en las últimas.  Cenamos en un barecito a bases de papas a lo pobre y huevos revueltos.
Llegamos al hotel y del tirón…. Muertos.

Etapa Nº5 Jaén Oriental. 63km y 2030m Acumulados
Por el perfil, parece el tipo de etapa que se nos da bien, corta, con puertos largos y no muy pendientes.

8:00 horas y suena el despertador. Hoy hemos dormido bastante más, pero siento realmente que hoy no tengo piernas. Levantarme de la cama supone un reto para mis cuádriceps y mis rodillas. Pero si hemos llegado hasta aquí por lo menos vamos a montarnos y a ver qué pasa.
Mientras Jorge abre los ojos, que parece los tiene pegados con Loctite, veo el tiempo para hoy, y las clasificaciones del día anterior. El tiempo va ha ser bueno aunque bastante frio y las clasificaciones…
-“Jorge!!!!. Estamos los 34”.
-“eeehhhnnn???, Ya???...Ahhhh!!! como me duele el hueco poplíteo. Ost… mi tendón rotuliano!!!”
Pobre, le faltan manos para llevarse de un lado a otro del cuerpo, pero jurando en arameo me pregunta que me voy a poner yo hoy, vamos ni se le pasa por la cabeza abandonar y eso que le duelen hasta las pestañas. Mis dolores no son menos intensos, sobre todo la espalda y las rodillas que las noto bastante cargadas,  pero esto era algo que ya imaginábamos y teníamos asumido.
Ya vestidos bajamos al hotel a desayunar, leemos el periódico y comentan que el equipo orbea se ha retirado por (como decíamos en el cole) no conformarse con una decisión arbitral.
Al final parece que vamos a ganarles a los superpross.
Cogemos un taxi a la ciudad deportiva donde darán la salida, Jorge se va corriendo a buscar a los chicos de la ambulancia que le pinchen un voltarén mientras yo saco las bicis. Me encuentro a Roberto Heras en el box y charlando con él me comenta que la Titan Desert es un juego de niños al lado de esto.
A las 9:30horas dan la salida y yo a las 9:28 esperando a mi compi, -“A este tío un infarto no le da”- Aparece con vendas hasta en el cielo de la boca y con toda la cara de haber estado jiñando.  Nos montamos en la bici para empezar justo a dar pedales.
Otra salida neutralizada por todo Jaén, ¡Menudas cuestecitas tiene este pueblo!. Sobre el km 10 se va el coche neutralizado y salen todos, pero todos, como motos.
-“¿Qué pasa hoy compi?”
-“No sé, pero mira que vamos cerrando carrera.” – me contesta.
Jolín, completamente cierto, el ‘tío la moto’ va detrás empujándonos, y la cosa es que yo no me encuentro mal.
En el km 12 comienza el puerto que estábamos esperando. Es un puerto de 1000 metros que se hace en unos 14kms. Empieza por pistas entre olivos, es muy fea y con una pendiente media muy constante entre 6 y 7%. Es la típica subida que estamos acostumbrados hacer cuando entrenamos, y eso empieza a notarse rápido.
Jorge me deja que sea yo el que marca el ritmo de la subida, y la verdad es que miro el velocímetro y veo entre 14 y 15km/h. La subida la estamos haciendo bastante bien y estamos adelantando a cantidad de parejas que después de 5 días de competición siguen saliendo a toda pastilla. Después entramos en un tramo asfaltado durante unos kms antes de meternos por un sendero donde hay que echar el pie a tierra en alguna ocasión. Es muy bonito, y seguimos subiendo a buen ritmo.
Llegamos a la cima después de una hora de intensa subida, llenamos powerade en el avituallamiento y nos lanzamos para abajo como motos. Al principio pista rápida, después un sendero increíble,  técnico y revirado con piedras y rocas, pero es alucinante.  Nos tiramos bajando un rato  largo, la velocidad no es muy alta ya que es la típica bajada de culo ‘pa tras’. Lo volvemos a disfrutar todos menos los discos de freno que huelen a chicharrón.

Después comienza una subida por una verea también bastante técnica, es corta pero en ocasiones hay que portear la bici. Aunque es durilla el sitio merece la pena, y la bajada muchísimo más. Es una bajada hacia Pegalajar por unos senderos que como te ‘escantilles’ estás dando trechas 3 días, son unos cortados impresionantes y la verea tiene pasos que no son nada fáciles. Mi compi no entiende de barcos así que como si fuera por el paseo marítimo, yo algo más prudente controlo un poco el tema y en las zonas complicadas-peligrosas utilizo los pies como 3º punto de apoyo.
Llegamos al 2º avituallamiento  reponemos powerade y comienza lo peor de la jornada. La subida a ‘La Pandera’. Desde donde estamos es un puerto de unos 5km con 500m de desnivel por unas pistas fáciles pero interminables.  Jorge se para, tiene que echarse réflex por todo el cuerpo, yo tomo la delantera unos metros para que él me vaya cogiendo poco a poco. Es una subida muy dura y agotadora. Adelantamos algunas parejas y mi compi me trinca prácticamente en la cima, continuamos y comienza ya el descenso a la línea de meta.
 
La bajada es brutal, primero nos meten por un cortafuegos donde los frenos echan más humo que un Scania de 12 ejes. Al final de la bajada no tengo brazos, soy incapaz de dirigir la bici por el sendero que empalma con la siguiente bajada, y me ostio contra un montón de pinos cortados. Nos reimos y aprovecho para echarme réflex en lo que antes era mi espalda y seguimos con la bajada.
Un montón de senderos en bajada con sube-baja nos deja sin darnos cuenta en la meta. No nos lo creemos. Ha sido una etapa relativamente fácil. Solo quedan unos kms neutralizados hasta la ciudad deportiva. Han sido 60km, 2110 acumulado con  4 horas  5 minutos.
Lavamos las bicis y nos vamos directamente al hotel montadas en ellas. Nos metemos un siestorro de 3 horas. Hacemos una incursión al Corte Inglés a comprarle un regalito a Lucia y cenamos allí mismo. Jorge se resiente ahora del tendón de Aquiles, cojea bastante, pero después de lo pasado creemos que ya está todo hecho. (Nada más lejos de la realidad).Antes de acostarnos echamos un vistazo a las clasificaciones y comprobamos que estamos el 33 de la general. 
-“Bueno, otro puesto más adelantado”
-“Pase lo que pase mañana ya hemos triunfado compi”.- dice Jorge
Con esa frase y un olor a réflex mezclado con radio salit, nos quedamos fritos como niños.

Etapa Nº6 Jaén Meridional. 82km y 2450m Acumulados
Etapa reina. Solo hay que ver el perfil y el acumulado.
8:00 horas y vuelve a sonar  el despertador.  Esto ya no es un reto, es una pesadilla. Ya no estamos cansados, estamos completamente reventados y por el perfil parece la etapa más dura de toda la competición.
-“Jorge tío, levántate que no llegamos”
-“Joe!! Me duele el tobillo compi, Ostia tío mira como lo tengo!!!” – me dice
Hoy ni hueco poplíteo ni tendón rotuliano, mi compi tiene el tobillo más gordo que el muslo. Lo primero que pienso es que esto se acaba aquí. El pobre se pone de pie y no puede apoyar ni si quiera la pierna en el suelo.
Bueno, no pasa nada, esto es por equipos y si uno casca, cascamos los 2. Sin embargo lo veo que cojeando como puede, está cogiendo la ropa de la bici y se está vistiendo.
-“Jorge, yo tengo pelotas, pero lo tuyo se sale de la escala de pelotaris”.
Se ríe como puede y se mete las SIDI a presión. Miro el tiempo en mi superiphone y pone que la cosa se jode bastante a media mañana, -“abrígate y echa el chubasquero”- le digo. Bajamos a desayunar y el tío dice que ya se le ha calentado el pie y que le duele menos. Pero el caso es que cuando cogemos las bicis para ir a la ciudad deportiva, lo veo como diciendo que no va poder ser.
Llegamos a la ciudad deportiva y nos vamos en busca de la ambulancia, entra dentro y veo tanto movimiento como cuando  Avispao’ pilló a Paquirri. Los jueces van a dar la salida, son las 9:30 horas, pero hablo con el árbitro a ver si podemos demorar la salida que mi compañero sigue en la ambulancia. Muy amablemente me dice que en cuanto esté listo le avisemos y da la salida. Mientras espero bastante preocupado, los dos queremos acabar, veo que en la parrilla de salida no habrá más de 100 corredores, cuando el primer día había 180.
Al cabo de 10 minutos mi compi sale de la ambulancia, le han vendado, le han  pinchado y le han embadurnado de algún fluido viscoso-oloroso.
-“¿Que tal tío?.” – le pregunto
-“A ver lo que aguanto”- me responde, mientras el médico me pone cara de que muy lejos no va a llegar.
El caso es que nos ponemos en el pontón de salida y a las 9:40 horas salimos haciendo los neutralizados de rigor, otra vez a cola de pelotón. Mi compi da pedales y ni si queja, ni habla, ni nada. Realmente tiene que ir jodido. Por suerte los primeros 10km son de bajada y a mi compi le da tiempo a calentar ese maltrecho tobillo.
En el km 10 sale el neutralizado y comienza una dura ascensión, que entre subidas y bajadas que durará unos  30km, lo que yo calculo aproximadamente 2 horas.
La primera parte es una subida por un olivar ‘pestosillo’, pero pasamos pronto a una zona de monte escarpado entrelazando tramos de carretera y tramos de pista empedrada, donde mi Epic  funciona a la perfección. Jorge va bien, incluso se permite el lujo de apretarme en algún tramo de subida. Luego pasamos a un tramo de carretera en bajada donde se encuentra la ambulancia, y nos animan como si fuéramos su equipo de toda la vida.
Por fin en el km 18 comienza la subida constante por una pista bastante buena que a mi tanto me favorece. Aquí la temperatura se desploma como las torres gemelas y empieza a caernos agua nieve en la ascensión. Igualmente que otros días comenzamos  adelantar parejas.
De pronto nos meten por una verea de troncos y con mucha vegetación, que te va repellando las piernas y los brazos, son unos 5km muy duros que me dejan sin espalda.
En el km 24 hacemos la primera cima y ahora toca ‘llanear’ a 1100m de altitud por unas pistas empedragadas, no sin antes echarnos réflex por todo el cuerpo. Aquí la nevada se hace bastante intensa. Jorge está bien, y parece que el tobillo aguanta, sin embargo soy yo el que está sin piernas pero después de ver los ‘güevos’ de mi compi no me voy a quejar.
Empalmamos con una subida primero por carretera y después por pista hasta los 1300 m de altitud, donde nieva intensamente y el polar marca -1ºC. Aquí hay un avituallamiento donde cogemos plátanos y reponemos Powerade y comenzamos una bajada larga. Nos ponemos los chubasqueros porque hace un frío terrible. Mi compi dice que así hacemos efecto sauna.
La bajada es rápida, muy muy peligrosa por el frío, no tenemos tacto en las manos y las curvas son muy cerradas. Con forme bajamos la nieve se va convirtiendo en lluvia y necesitamos una subida como sea para calentar el cuerpo.
Llegamos a la cola del embalse del Quebrajano sobre el km 50 y nos queda aún una buena subida por pista. Es imposible cambiar de piñón con los dedos, están congelados y utilizamos los puños para apretar los pulsadores. Adelantamos algunas parejas, algunas de ellas van de corto y tienen claros síntomas de hipotermia.
Desde la cima, sobre 1100m de altitud y con 1 ó 2ºC comenzamos nuevamente la bajada. El frío es infernal, pero gracias al chubasquero efecto sauna, son la cara, las manos y los pies los únicos perjudicados por esta temperatura.
Llegamos a la cabeza del embalse  sobre el km 60,  y a partir de aquí desharemos los 20km primeros de la etapa. Pero ahora con un barro pegajoso como un moco y un rompepiernas que tiende hacia arriba con unos repechos finales terribles. Jorge no se queja del tobillo, pero sus exclamaciones cuando ve los repechos brutales, lo dicen todo. Está hasta los mismísimos.
Llevamos 2500 metros acumulados cuando por fin salimos a la carretera de Jaén. Solo queda subir a la ciudad deportiva, es decir. 1 km para terminar esta prueba que empezó hace 6 días.

Entramos en meta y Jorge me dice:
-“Compi… Lo conseguimos”. En su cara se veía la satisfacción propia, la dureza bestial de la prueba, y el orgullo del que había sido hasta ese momento su compañero de fatigas.
-“Un abrazo LLoorrch”.
No se puede decir nada más. No siento nada, ni frio, ni cansancio, nada. El corazón creo que está ahora a 180ppm, y en un flash se me pasan los 6 días de sufrimiento.
Antes de entrar en trance, la organización nos quita las bicis, nos da un caldito caliente y nos lleva a la zona de piscina para entrar en calor. Allí nos tomamos otro caldito y nos encontramos a nuestros médicos que nos felicitan, y sobre todo a Jorge, todos con cara de asombro.
-“¿Vosotros de que estáis hechos?”. – pregunta el médico, mientras con su mirada me dice que lo que ha hecho mi compañero es extraterrestre.
Entramos en calor, nos pegamos unas risas con los médicos mientras llega un gran número de corredores con síntomas importantes de hipotermia. Según nos cuenta la médico, el tiempo ha hecho estragos en los participantes y ha habido abandonos a 20km de meta.
Después de un rato, salimos, nos echamos unas fotos en el pódium y nos vamos para el hotel.
Epílogo
Han sido 6 días. 6 días inolvidables. Nos hemos metido 502 km y 12700 m de ascensión acumulada según mi polar. Y finalmente el puesto 25 de la general, muy decente para un par de mortales como nosotros.
Me he reído con mi compañero lo inimaginable, y he sufrido con él lo indecible. He dado miles de pedaladas, surcando cientos de pistas, senderos y trialeras, cruzando ríos, collados y montañas.
Este tipo de experiencias te hacen fuerte, te hacen sentirte mejor contigo mismo, lo estás dando todo, no te dejas nada, y lo haces por ti mismo, pero sobre todo por tu compañero que confía en tí.
Hemos terminado la prueba, quizás tantos años dando pedales, la edad o la suerte nos han hecho llegar hasta el final. Pero está claro que hay alguien que nunca se me fue de la cabeza, alguien que en los momentos peores aparecía dándome fuerzas, alguien que nunca me ha fallado y a la que nunca espero fallar. Ella no lo sabe pero estuvo conmigo toda la prueba.
Gracias Lucía.